lunes, 28 de julio de 2008

De vuelta...



Estas últimas semanas han sido para mí tan ajetreadas y estresantes como felices. De ahí mi temporal “desaparición” del mundo bloguero que, espero, no se repita de nuevo por tanto tiempo.

Estuve en el Rock in Rio, y lo flipé. Hacía tiempo que algo no me sorprendía tanto, que no me ponía el corazón a mil por hora. Recordé viejos tiempos y difruté con Suzanne Vega, especialmente con su afamado Lucka. Me fasciné con los Flamenco All Stars -La Negra, Pitingo, Antonio Carmona y Rosario Flores-. Boté, rumbeé y me quedé sin aliento con Estopa. Con Alejandro Sanz alguna lágrima cayó recordando otros tiempos pero, en conjunto, su tiempo me decepcionó bastante, después de llevar diez años sin verle actuar en directo: poca voz y canciones alargadas instrumentalmente hasta llegar a ser soporíferas. Encima, la que tenía en frente al otro lado de la valla casi se lo carga del achuchón que le metió, jejeje! Y Police… Police fue espectacular, con un Sting al que ya se le van notando sus años en su barba canosa y un gran repertorio de éxitos coreados al unísono por las ochenta mil almas vibrantes que nos reunimos frente al escenario Mundo. Por lo demás, esa mini ciudad del rock ubicada en Arganda, genial. Era imposible aburrirse allí dentro: stands de todo tipo –tatuajes, escuchar cómo tocas la guitarra, las de L´Oreal maquillándote, los de Colgate con una pista de descenso por nieve, Corte Inglés y su chill out para relajarse…-, regalitos varios, buena organización, unas vueltas en noria para divisar la magia desde las alturas, una tirolina gigantesca que no pude probar –demasiada gente aguardando en la fila-, las ganas de disfrutar que llevábamos… Un gran día aquel del cinco de julio, en definitiva. Dentro de dos años se vuelve organizar, así que os recomiendo que os déis un buen homenaje asistiendo a este macro-festival.

Por otra parte, mi amiga Carolina –nutria, para los amig@s-, me envió una oferta de trabajo que le llegó de casualidad, ya que era de Trabajo Social, mi profesión, y decidí probar suerte. Con tanta fortuna que me preseleccionaron; y así, fui pasando las entrevistas y pruebas con más nervios que otra cosa… hasta que la semana pasada sonó mi móvil con una noticia que llevo esperando escuchar toda mi vida: a los de la Fundación Andaluza de Servicios Sociales les he gustado y me han seleccionado para trabajar aquí en Granada, en Dependencia. Tuve que pellizcarme para poder creérmelo, no cabía en mí de la felicidad y la ilusión que aquello suponía en mi vida: por fin había llegado mi turno! Y aquí estoy, tras dos días de curso preparatorio, con el contrato firmado, los nervios de punta y sin poder creérmelo del todo hasta que no lo palpe. Y mañana es el gran día… uf! Ya os iré contando, por ahora todo son expectativas y ganas de hacerlo mejor que bien. Siempre que he empezado algo nuevo me ha pasado esto, pero esta ocasión es más que especial, ya os imaginaréis.


También estuve viendo a Amaral en Bailén, fue un concierto espectacular que ya os contaré más adelante. Y bueno, a parte de todo esto, me estoy sacando el carnet del coche, este viernes pasado me examiné… y mañana me dirán. Más nervios, jejeje!

Así que os dejo por hoy, que mañana toca madrugar. No si antes pedir disculpas a todos los que os habéis interesado por mí y mi desaparición, ya que no os he podido contestar personalmente ni visitaros apenas. Muchas gracias por estar! :)

Un beso muy fuerte!


martes, 8 de julio de 2008

Sucede que..




Sucede que te amo.. pero ya no sé qué hacer contigo. Sucede que te adoro, pero no encuentro el bolsillo donde guardar todo el amor que no puedo entregarte. Sucede que tanto sentimiento se me rebosa del cuerpo y ya no sé dónde albergarlo, que me duelen los ojos de derramarte, que me escuece el alma de no tenerte.

Sucede que el vacío me desgarra, que mi cabeza estalla de tanto pensarte. Sucede que la ausencia me está ganando la batalla, aunque mi corazón se aferre a tu pecho. Sucede que ya no sé vivir sin ti, aunque no pueda vivir contigo. Sucede que te extraño, pero mi piel no alcanza en el viento tus trémulas caricias. Sucede que mi cuerpo fue creado a la medida exacta del hueco de tus brazos, y ya no encuentro otra horma donde alcanzar la calma. Sucede que duermo y ya no sueño si no es contigo.

Sucede que tengo frío y la distancia se convierte en una noche eterna bajo la que yo, aterida, ruego entre dientes una letanía que no termina nunca en ti.