martes, 30 de septiembre de 2008

Una canción de Luis

Hay canciones que, desde la primera vez que las escuchas, se quedan enredadas en lo más hondo de ti... Sin saber bien por qué, se prenden como un alfiler, se clavan como una espina cuyo dolor te remueve por dentro.

A mí me pasó con ésta. La escuché en directo hace un par de abriles, en Madrid (Sala Clamores) y, sin saber bien por qué, se vino a vivir conmigo. Desde entonces tarareaba siempre alguna de las frases que conseguía recordar, compartimos sonrisas y espacio, alguna lágrima esquiva, también. El otro día reapareció en mi oído, de nuevo en directo (gracias, preciosa) y ha vuelto más viva que nunca, esta vez con nombre y al completo. Al parecer se llama "Sálvame". Nunca quise que lo hicieran pero, paradojas de la vida, así se titula. Os la regalo en esta fría tarde, mientras busco algún rayito de sol que me caliente.



Soy vendedor de lagrimitas tontas,
buen perdedor, con alas cortas..

...

nananana... nananá.

....

domingo, 21 de septiembre de 2008

Las trampas del tiempo.


Sentada de cuclillas en la cama, ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros, y dijo:

Lo único que te cambiaría es el domicilio.


Y desde entonces vivieron juntos, fueron juntos, y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.

Ahora este hombre, mutilado de ella, quisiera recordarla como era. Como era cualquiera de las que ella era, cada una con su propia gracia y poderío, porque esa mujer tenía la asombrosa costumbre de nacer con frecuencia.
Pero no. La memoria se niega. La memoria no quiere devolverle nada más que ese cuerpo helado donde ella no estaba, ese cuerpo vacío de las muchas mujeres que fue.


Eduardo Galeano.

martes, 9 de septiembre de 2008

En brazos del otoño



Alguien escribió hace tiempo que del verano se sale igual que de un recuerdo, y yo bendigo esas palabras porque me resulta fácil dejarlos atrás, incluso éste.
Tal vez no hice los deberes, pero medité lo suficiente como para limpiar mi buhardilla de recuerdos y sentimientos que, a estas alturas, me resultaban inservibles -mi manía de ir guardando todo, por si alguna vez hace falta- Y es bueno hacer limpieza de vez en cuando, aunque se sea desordenado por naturaleza. Los lastres no dejan de ser pesados porque ya no se les encuentre utilidad alguna.

En mi interior algo clama por comenzar nuevamente, y esta vez intentaré cumplir mis buenos propósitos de Año Nuevo. Sí, dije bien, año nuevo… porque mis cursos anuales no comienzan cada uno de enero, sino cada primero de septiembre. Es ahora cuando retomo mi vida con más fuerza, con más ganas de seguir siendo quién soy, de no cambiar lo bueno que guardo, por muchos palos que pueda llevarme. Y en la recámara, nuevos proyectos e ilusiones que necesito ir haciendo realidad, que me dan ese empujón que a veces necesito cuando algunas de mis certezas dejan de serlo.

Todas las crisis terminan por superarse, más tarde o… más temprano, si le ponemos empeño. Y la vida sigue enseñándome la misma lección de siempre: de todo se sale, hasta del infierno. Es cierto que el calor de la meta lo da el camino, por eso mido mis pasos, y los doy con la calma de saberme en un camino firme, disfrutando de cada instante que esta vida me brinda, y ahogando los sinsabores en las sonrisas cercanas. La felicidad no es eterna, así que mejor disfrutarla mientras la buscas.

Yo sigo con mi vida y mis reflexiones...
..y vuelvo a necesitarte cerca para perderme en tu horizonte,
mar antiguo…
Largos atardeceres que no dejan de asombrarme
porque todos los que me regalas son distintos, rebosantes, únicos...

Y si amenazan tempestades en mi alma,
tan sólo espero que me acune la calma
de tu oleaje sereno.

..Porque aun siendo primavera,
mi alma pertenece a la languidez del otoño
que pronto caerá sobre mi espalda,
vestido de caducos que adornan mi senda
con la suavidad de sus pasos ocres.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Es el tiempo de la limpieza de la primavera.. a finales de verano


De vez en cuando en bueno -y saludable-
hacer limpieza, ordenar nuestra buhardilla emocional..

Por eso



le entrego al océano

lo que es del océano..




7 puñados de salitre vertido por mis ojos,
13 conversaciones en silencio, cubiertas por un velo de azufre,
-3 más en tono grisáceo, con tapa dura de escarcha-,
1 cuenco con agua del Tadmor,
1012 alfileres, clavados uno a uno,
mi colección completa de interrogantes compuesta por 13.547 preguntas sin respuesta,
la llave de una habitación con nombre de monte,
305 noches en vela,
2 entradas con derecho a acampada en el ventrículo izquierdo de Madrid,
1 duna escondida por la antigua ruta de la seda,
6 arcones y medio de besos que se quedaron en el doble fondo de unas maletas perdidas en ningún aeropuerto,
3 piedrecitas blancas de mi playa,
24 melodías que me hacen temblar,
79 fotos,
1 cáscara de nuez,
1 pluma de gaviota,
1 lazo con nudos invisibles,

y 37 palabras de un corazón


"Porque la vida lleva maltratandome mucho tiempo,
estoy cansado de esperarme.
Nunca me cansaria de mirarte,
porque hay tres días y una ciudad que llevo marcados,
con el fuego de tus ojos, en mi corazón.

Te quiero"

Todo lo demás lo guardé es un frasquito, pero ahora no lo encuentro..